La digitopuntura es una de las tres formas (junto a la acupuntura por agujas y la moxibustión) de acupuntura que existen en el mundo. Se trabaja con las manos en los mismos puntos de meridiano o canales de energía que describe el sistema chino de medicina.
Para este sistema el estado de enfermedad aparece cuando la energía se bloquea y no fluye normalmente. Estos bloqueos, desde el punto de vista emocional, tienen que ver con la incapacidad nuestra de adaptarnos a los cambios tan vertiginosos que se producen a nuestro alrededor y que pueden ser nuestras autoexigencias, las rabias contenidas, la insatisfacción, etc. Todo esto produce bloqueos energéticos que lentamente van enfermando nuestro organismo.
El trabajo que desarrolla el terapeuta en digitopuntura consiste en que con sus manos, que se deslizan como radares, vaya detectando sobre el cuerpo del paciente los bloqueos, dispersándolos y ayudando a que esas energías salgan por canales naturales y de esa manera el paciente las recupera para funcionar normalmente.
Las consecuencias de esos bloqueos pueden ser: cefaleas, tensión en cuello y espalda, mareos, vértigo, zumbido de oídos, dolores lumbares, ciática, pesadez en las piernas, depresión, etc., por mencionar sólo alguno de los síntomas.
Esta ciencia milenaria oriental sigue existiendo por su simplicidad, eficacia y belleza.
Así como la acupuntura como método terapéutico trata la enfermedad por medio de punciones en cientos de puntos del cuerpo a través de agujas metálicas, la digitopuntura y la moxibustión (calor producido por la combustión de la artemisa) son un método maravilloso de curación, indicado especialmente para todas aquellas personas que sientan aprensión a las agujas, además de lo bueno que resulta el contacto terapéutico de las manos con el cuerpo del paciente.
